viernes, 20 de abril de 2012

Lo que el recortazo cultural esconde (como ya advirtió Pasolini)

Hoy es el día de los recortes en Educación y Sanidad. Hoy los insignes miembros del Gobierno nos anunciarán los 7.000 euros que piensan ahorrar en sanidad a costa del pensionista y los 3.000 euros de educación con la subida de las tasas de las matriculas de la universidad en un 25%. Todo por el bien de España, dirán. De lo que no nos hablarán será del recortazo en Cultura, del que en las últimas semanas sólo hemos conocido pinceladas como el hachazo del ICAA (Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales) al cine con una rebaja del 36% en su presupuesto anual. Y no hablarán porque para los políticos Cultura es, como me dijeron una vez, Parques y Jardines o la asignatura de gimnasia. Una maría. Y total, qué más da, si el cine español es una mierda, si aquí no lee ni dios (sólo un 52% de la población declara leer unos tres libros al año) y en teatro se prefieren los musicales a la americana.

No obstante, a los políticos sí les interesa el entorno cultural. Sí les interesa que haya un festival de teatro, de literatura, una Semana del cine, un concurso literario. Porque la cultura (o lo que ellos entienden por cultura) viste y vende. Ahora bien, lo que ellos desean es que sea a su imagen y semejanza. Total, aprovechando estos tiempos de crisis, con decir que es necesaria una "cultura popular", ponen en marcha el ventilador de los recortes. Así,  ¿un festival gafapastero en Gijón? No, gracias. ¿Escena contemporánea en Madrid? No, gracias. ¿Cosmopoética en Córdoba con toda esa poesía experimental? No, gracias. Mucho mejor un PapitoTour. Y, eso sí, que todo sea patrocinado por las empresas. Faltaría.

Al hilo de toda esta cuestión, esta Semana Santa estuve leyendo Pasolini, de David Toffolo, la novela gráfica sobre el artista italiano que acaba de publicar 451 Editores siguiendo esa magnífica colección que han puesto en marcha con títulos como Fahrenheit 451, The Beats y Chagall en Rusia. Y una, que es más de El evangelio según San Mateo que de Los diez mandamientos, no podía evitar pensar que lo que pone Toffolo en boca de un trasunto de Pasolini sea hoy de enorme actualidad: "El cine es sustancialmente poético. El problema es la comercialización de todo esto. La poesía no es mercancía, no se puede consumir. Es hora de decirlo: el hecho de comparar la obra con un producto y sus destinatarios con consumidores puede ser una metáfora divertida y graciosa, pero nada más. Si alguien dice en serio algo parecido, es un imbécil". Y esa es la filosofía de alguien que escribió una novela tan popular (que no populachera) como Los chicos del arroyo.

El traductor de esta novela gráfica es Cuqui Weller con quien me puse en contacto para que me contara algo más de este proyecto. Así pude saber que Toffolo es "un artista peculiar, es multidisciplinar y junta varias artes a la vez en su actuaciones". Un artista minoritario que creó al personaje de Pasolini del cómic a partir de un espectáculo musical. "Él iba dibujando, con música de fondo, el cuerpo de Pasolini en un tótem de cartón, que se va transformando, el tótem se convierte en Pasolini muerto, pero luego se levanta y habla a los espectadores", me señaló Weller.

Pero más allá de Toffolo quería ahondar en esas palabras del dibujo Pasolini en las que habla sobre la comercialización de la cultura. Un personaje que, como me dijo Weller, es "una persona angustiada por la situación que vive, que hace cine para reflejar de la mejor manera posible una sociedad a la deriva, la crisis de la pequeña burguesía". Y, precisamente, para el traductor también era sintomático que no es que hubieran cambiado las cosas desde la época del cineasta y escritor italiano sino que habían ido a peor:  "La cultura y la sociedad pequeño burguesa sigue en crisis, más bien ha aumentado su crisis. Cuando Pasolini hizo lo que hizo, el capitalismo no era tan atroz como lo es ahora, por lo que la cultura y la sociedad pequeño burguesa se ha acomodado aún más. No es para hacérnoslo mirar, es el mundo capitalista que crea una cultura de masas mediocre", me apuntó.

Pasolini fue un provocador en su época. Además de por sus ideas, muchos tampoco soportaban su homosexualidad. El 2 de noviembre de 1975 fue asesinado en circunstancias que aún no se han aclarado. De hecho, cada cierto tiempo aparecen en los periódicos nuevas teorías. No obstante, lo que es evidente es que su pensamiento filosófico, sus ideas, esbozadas en los sesenta y setenta, no han muerto. Auguraban la cultura que hoy tenemos encima. Y, es cierto que ya no nos matan por ser provocadores, pero sí nos gasean con el papitour. Eso es lo que el recortazo cultural esconde. Ole, ole y ole. 

1 comentario:

  1. La lucidez de personas como Pasolini sería muy útil en estos tiempos. En el año 75 ya advertía de los peligros de la televission y de los medios de masa, a los que consideraba enemigos de la democracia porque sólo habían conseguido eliminar la comunicación entre las personas para convertirse en un púlpito desde el que los que pueden por tener poder difunden sus ideas. Es muy fácil dsifrazar de cultura, una falsa cultura, cultura de escaparate,hueca y sin posibilidad de diálogo, sin reflexión, vestida incluso muchas veces de progresista. Muchas gracias por la entrada y por traer a tu blog a una persona tan imprescindible como Pasolini.

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